Durante la
fiesta de Halloween (31 de octubre), los niños consumen abundantes dulces,
además de utilizar máscaras y pinturas para disfrazarse, sin embargo, estas
prácticas podrían generar serios problemas en su salud, por ello es fundamental
no excederse en la ingesta de golosinas y utilizar productos que cuentan con
registro sanitario, enfatizó el jefe del Departamento de Pediatría del Hospital
Departamental Huancavelica, médico Alejandro Poma Ramos.
El especialista explicó que los dulces, si
bien forman parte del espíritu festivo, carecen
de nutrientes esenciales por aportar “calorías vacías” y su ingesta desmedida
puede ocasionar obesidad a largo plazo y cuadros de malnutrición, asimismo,
generalmente para su fabricación se utilizan productos químicos que pueden
provocar, alergias y problemas digestivos, así como vómitos, cólicos,
infecciones diarreicas, reacciones alérgicas en la piel, hiperactividad,
desordenes de sueño y favorecer la aparición de caries dentales y deterioro del
esmalte dental. “No se trata de prohibir los dulces, sino de enseñar a los
niños a consumirlos con moderación y promover hábitos saludables”, señaló.
En tal sentido,
recomendó que los padres fomenten
alternativas como la preparación de postres nutritivos elaborados con productos
locales, por ejemplo, frutas, quinua o sangrecita, que además de ser más
beneficiosos para la salud, permiten mantener vivas las costumbres
gastronómicas de la región.
“Entre las
opciones que podrían brindar los padres a sus hijos está el mus o wafles de sangrecita, mazamorra de
quinua, de oca o mashua, de igual forma el consumo de frutas es muy
recomendable por tener una gran cantidad de vitaminas, minerales y antioxidantes.
Lo ideal es preparar los dulces en casa, lo que permite controlar los
ingredientes y reducir el uso de colorantes o preservantes artificiales”
subrayó.
CUIDADO CON LAS PINTURAS Y MASCARAS. De otro lado, el pediatra también advirtió sobre el uso de pinturas
faciales, disfraces y máscaras de baja calidad, las cuales podrían contener
metales pesados como el plomo, cadmio, arsénico, mercurio, entre otras
sustancias que resultan altamente perjudiciales para la salud y el desarrollo
neurológico de los niños.
“Al contacto con la piel pueden causar
trastornos (dermatitis de contacto), de igual forma los tintes que se
encuentran en los plásticos de algunas mascaras son absorbidos por la piel y
pueden contaminar el organismo, con los metales pesados que contienen,
afectando a largo plazo el corazón, el cerebro y el riñón”, aseveró.
Por tanto,
enfatizó la relevancia de que los padres de familia verifiquen que estos
productos cuenten con registro
sanitario, antes de adquirirlos y prestar atención a detalles como si se despintan con facilidad y tienen
olores fuertes o desagradables, de ser el caso, evitar su compra. “La mejor
medida para los niños es enseñarles a disfrutar con responsabilidad y
moderación”, concluyó.
DATO:
El médico
pediatra también resaltó la importancia de que los niños cumplan con todas sus
vacunas del Calendario Regular de Inmunizaciones y reciban las prestaciones del
Cuidado Integral de Salud que se brinda en todos los establecimientos de salud
de la región. “Cumpliendo con esas medidas de prevención se reduce en gran
porcentaje los riesgos de que requieran atenciones hospitalarias por
enfermedades que se pueden prevenir”, señaló.